domingo, 13 de diciembre de 2009

.



Es extraño, aquella noche, temí volver a oír tu voz.

Un miedo raro…

Miedo a volver a quedar atada a ti, a la sensación de necesitar, de nuevo, más que unas palabras de cortesía.


No pude hacer más que retrasar lo inevitable haciendo como que no te veía, hablando con quien pasara por delante como si fuese la conversación más importante de mi vida.


Lo que fuera por no mirarte.

Finalmente sucedió: un saludo poco efusivo seguido de una conversación seca, típica y un tanto falsa… simplemente amabilidad y “quedar-bien”.



Es extraño…pero tu voz ya no suena igual.