Mi obscena obsesión por deformar todas las historias que conozco hace mucho que paso la raya de lo "saludable", pero eso nunca ha sido un problema. Además todos sabemos que es culpa de Ella.
Despierta y sumisa a las horas que quedan hasta mañana. En esa línea entre el sueño y la vigilia, que nunca sabes si es real o que ya estás dormida. Cada vez son más veces las que me despierto sobresaltada por una voz. Hay noches en las que ni el mejor atrapa-sueños puede salvarte (de Ella).
Últimamente
vuelven mis noches de insomnio, pero están cambiadas, son más como antes, pero
sin llegar a tanto (ojalá), son más familiares, menos mezquinas y más alegres. Son de un color raro.
¿Será
que en realidad ellas nunca cambiaron? Quizás la loca fui yo.
Aun
así a veces con ellas vuelven las noches de pesadillas…pero ahora en vez de despertarme (tras varios intentos)
las miró y sonrío, ahora soy yo quien
les da miedo a ellas.
Aunque
quizás sea Ella la que les asusta por mi. Si ese es el caso, le doy gracias.
Ella y yo contra mis propios delirios. Es de las
pocas que sabe cómo tratar con mis demonios y mis noches de "humo". Es de las
pocas que sabe que yo sin frío no vivo.
Esa sensación, de cuando después de despertar de un sueño que ha sido una completa locura y casi roza la pesadilla...esa sensación de distorsión de la realidad, me desespera.
Que las (esas) ideas me despiertan como si me hicieran cosquillas con una pluma, aparentemente un hecho inocente y que no produce daños, pero jodidamente molesto y exasperante.
Que no me gusta que el subconsciente emerja...si se le ordenó sumergirse fue por algo.
Que esas mentiras donde mejor están es en el olvido.
Añoraba la música nostálgica, las verdades como puños y los nudos en la garganta. Será que en el fondo, aunque sea un poco, me gusta sufrir; pero siempre a mi manera: con buena música, recitando las letras sin voz y sonriendo de placer.
Quizas sufrir no haya sido la definición acertada...pero eso no importa mientras haya música y humo.
Cuando no puedes salir de la habitación durante un tiempo (in)determinado y la prioridad es callar el ruido y conseguir "silencio"(de "ése" que hace falta). Que no se me ha ocurrido nada mejor (ni podría) para transformar mi presidio en gloria.
Mi cuerpo pide con urgencia una inyección de vitalidad, de ganas, de adrenalina, de "drogas", de ansias y de motivación.
La cabeza me pide más sangre de la que llega para poder funcionar como quiere, para poder desear más.
Me pide más música que horas tiene el día y yo no puedo dársela.
Me grita que me lie a ostias con los inútiles de secretaría y que les escupa a la cara a aquellos que son incapaces de enseñar y de inculcarme curiosidad.
Me dice que corra lejos, que me esconda y que desaparezca del mapa; luego se contradice y me desvela por las noches.
Se camufla con las "demás" voces que me dicen qué hacer, cuando y cómo... y ya no se quien habla.
Que pide y pide pero no me da fuerzas ni ganas. Sé que tengo tiempo, pero me falta "la zanahoria", el cebo que me haga tirar hacia delante. Lo sé, el problema es sólo mio...
Maldita mente y maldito cuerpo...caprichosos y demasiado optimistas para mi.
Sin embargo, no queda otra, mi cuerpo pide...sólo queda dar, sonreír (pero a mí manera) y caminar.
De tanto repetirse y tanto agobiar todo el mundo sabe qué es lo que se debería de hacer con la vida...que con tanto bombardeo de información sabemos que camino es el más correcto y más seguro tomar.
En cambio nunca escogemos esa dirección, vamos haciendo "eses" y cambios de carril a fín de encontrar algo más divertido...
Luego nos arrepentimos y lamentamos por no haber hecho "lo que nos decían", por no haber hecho "lo correcto".
Pero da igual lo que digan, que nunca escucharemos...
... y sinceramente, así es más divertido...
Siempre quedará en nuestra cabeza el "Qué habría sido" acosándonos en nuestros momentos de flaqueza moral. El secreto para dejar de oir esa odiosa vocecilla es poner la música más alta, el humo más denso y la sonrisa (siempre sardónica y desafiante)más grande.
Al menos nunca podremos arrepentirnos de no haberlo hecho.
Y cómo siempre que toca ponerse a estudiar el mundo brilla y yo tengo ganas de salir corriendo en busca de algo que poder hacer, algo que no sea esto, algo más. Que hay días en los que dan ganas de irte corriendo tras un conejo blanco, un gato que sonríe o una mariposa. Que sólo me falta un Mundo de Locos al que poder ir para sentirme "normal", que la locura en solitario no es tan divertida.
Correr o leer, pero ahora me encuentro falta de libros y saturada de letras...
Hoy he soñado cómo le imploraba al Mar que me dejara ir con ella, intenté decirle que la sal me llamaba y las olas me lo pedían, que ese aire de alta-mar es el que me permite respirar...
La contrariedad hecha realidad. Finalmente se
rompieron las cadenas y se soltaron las cuerdas.
De nuevo…agua
Y ahora también…aire
Toca la
venganza. Por haberla creado, por jugar sin permiso. Ahora sufrirá las
consecuencias.
Siempre se supo: las sirenas no tienen
compasión.
Y antes que sirenas…fueron arpías.
“Tomó
aire…estaba caliente, demasiado…-todo sea
por encontrarle- estiró sus brazos al cielo y éstos comenzaron a volverse
alas. Alzó el vuelo y de su cola surgieron dos garras : de vuelta a los
orígenes-ahora a por él-. Y alzó el
vuelo rumbo a tierra firme.”
Siempre se supo: las arpías sonvengativas.
Pobre del marinero que pensó que en tierra
estaría a salvo.