Añoraba la música nostálgica, las verdades como puños y los nudos en la garganta. Será que en el fondo, aunque sea un poco, me gusta sufrir; pero siempre a mi manera: con buena música, recitando las letras sin voz y sonriendo de placer.
Quizas sufrir no haya sido la definición acertada...pero eso no importa mientras haya música y humo.
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